Diferencias entre las producciones de vino: ¿Qué diferencias hay entre el tinto, el rosado y el blanco?

El mundo de la viticultura es muy amplio, tanto como las diferencias entre vinos existentes de cada tipo y su elaboración, algo de lo que vamos a hablar desde Metalúrgica del Penedés en este artículo.

Ya sea mosto de uva blanca como de uva tinta, este siempre será incoloro, ya que los pigmentos de la uva se encuentran en su piel, y no en la pulpa, por eso cuando la uva llega a la bodega es prensada y solo una pequeña parte de los pigmentos pasan al mosto.

Cuando se trata de uva blanca, la piel se separa del mosto y se fermenta solamente el jugo, obteniendo así el vino blanco. Sin embargo, cuando el vino ha de ser tinto, se deja también la piel de la uva en el mosto, para que, durante la fermentación, este adquiera el pigmento rojo de la piel.

En cuanto al vino rosado, este se obtiene añadiendo al mosto blanco la piel de uva tinta que ya ha perdido parte de estos pigmentos, de este modo durante la fermentación adquiere pigmento, pero en menor cantidad que el vino tinto.

Las diferencias entre las producciones de vino, sin embargo, no solo radican en el tipo de uva, sino también en el proceso de fermentación y maceración, y de todas estas otras diferencias entre vinos te hablamos a continuación.

El vino tinto, como su propio nombre indica, se elabora utilizando uvas tintas sometiéndolas a un proceso que permite que el mosto tome el color de los hollejos de las uvas, como ya hemos explicado anteriormente. Su tonalidad, que puede ir del rojo claro al negro, dependerá de la variedad de uva, la elaboración, o el tiempo de maceración.

Esta variedad de vino es la que tiene mayores propiedades nutritivas y posee antioxidantes, los cuales ayudan a prevenir enfermedades como las de tipo cardiaco y contiene menos azúcar que los demás vinos.

Este es un vino que precisa maceración, y existen dos tipos: la maceración corta, que es la que produce los tintos afrutados de color intenso pero ásperos en boca, y la maceración larga, los cuales son los mejores para almacenar y que suelen ser los vinos de mayor calidad.

Por otro lado, los vinos blancos se elaboran con uva blanca, de ahí su tono incoloro o amarillento, aunque también pueden hacerse con uvas tintas siempre que se separe el hollejo del mosto.

Son vinos muy aromáticos y afrutados, por lo general los vinos blancos son jóvenes y no suelen tener una crianza larga, ya que el mejor periodo para consumirlo es el mismo año de la vendimia de las uvas utilizadas. La mayoría de ellos tienen fermentaciones cortas en depósitos de acero inoxidable. 

Existen cuatro tipos de vinos blancos según su elaboración: 

Los vinos rosados destacan por sus tonos anaranjados o rosas, su sabor es más suave y ligero que los tintos y sus aromas son afrutados y florales en su mayoría. Para elaborarse se usan uvas tintas, o una mezcla de blancas y tintas, de cuyos hollejos adquiere el color.

Por lo general se piensa que este es una mezcla entre el vino tinto y el blanco, pero es algo erróneo, ya que el vino rosado tiene su propio método de elaboración, siendo las prácticas más habituales el contacto con los hollejos o por sangrado.

En el método del contacto con los hollejos se podría decir que se trata de un vino tinto que se elabora como un vino blanco, mientras que el método del sangrado consiste en cortar la fermentación de una parte de vino tinto en su etapa temprana de maceración para darle volumen e intensidad y así utilizarla para elaborar vino rosado.

La característica principal del vino rosado es su apariencia atractiva y el hecho de ser una bebida refrescante con tonos afrutados y ese toque carbónico que resulta agradable para muchos.