Hoy en día, contamos con diversos materiales a la hora de elegir los depósitos para la fermentación del vino, sin embargo, cada uno tiene sus cualidades y conocer un poco más sobre ellos hará que podamos tomar la mejor decisión a la hora de escoger uno. 

Fueron las vasijas de barro los primeros recipientes usados tanto para la elaboración como para la conservación del vino. El uso de estas se extendió sobre todo gracias a los romanos, y fueron los galos los que comenzaron a usar los toneles de madera para el almacenamiento y transporte del vino.

Sin embargo, el desarrollo de materiales como el hormigón y luego los contenedores de acero inoxidable, desbancaron del todo los barriles de madera y barro, esto es debido a que es un material de alta resistencia a la corrosión, fácil de limpiar y desinfectar, y, además, permite un mayor control térmico.

Los métodos tradicionales, en cambio, se han seguido utilizando debido a los efectos positivos sobre la calidad organoléptica y la estabilidad que aportan a los vinos.

Tipos de depósitos para la fermentación del vino

Cada material afecta de forma distinta a la fermentación del vino, por eso es importante conocer cada uno de ellos para conocer sus ventajas e inconvenientes.

Depósitos de barro cocido

El barro es un material poroso que debe ser recubierto por plástico o pintura epoxídica para evitar que el líquido rezume y evitar así la transmisión de compuestos desfavorables a la bebida.

Hoy en día el uso de las vasijas de barro se ha vuelto a poner de moda entre los vinicultores como método fermentativo y de crianza, su uso trae algunas ventajas, pero también inconvenientes.

tipo de fermentación del vino
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Depósitos de madera

Las barricas más comunes son las de madera asentadas sobre bancadas de hormigón, y la madera más usada es la de roble francés o americano. La madera aporta aromas agradables y taninos dulces y suaves a los vinos, por ello la madera es bastante popular entre los vinicultores.

Depósitos de cemento

Tras la madera llegó el cemento, que es un material resistente y de fácil construcción y hermético. Requieren un revestimiento interior apropiado, pero es un material aislante gracias a sus gruesas paredes, aunque es necesario refrigerar su interior durante la fermentación del vino.

tipo de fermentación del vino
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Depósitos de acero inoxidable

Actualmente, casi todas las bodegas optan por el acero inoxidable para la fermentación del vino, pues son duraderos e higiénicos y, además, permiten controlar correctamente la temperatura. De hecho, el acero inoxidable trae consigo múltiples beneficios en el proceso de la fermentación del mosto.

Algunos de los beneficios son: depósitos fáciles de higienizar y desinfectar, estancos y herméticos, con gran capacidad de intercambio térmico, no necesitan mantenimiento, son resistentes a altas presiones, se pueden transportar de un lugar a otro.

Características y ventajas de los diferentes depósitos de fermentación del vino

La comparación de los distintos materiales se debe hacer considerando una serie de criterios que definen sus características, las cuales establecen sus ventajas e inconvenientes y de las que te hablamos a continuación.

Aunque en general todos los materiales son sólidos, los depósitos de barro, por ejemplo, son los más frágiles, mientras que los de acero inoxidable son los más resistentes, seguidos de los de cemento y madera.

Los depósitos de acero inoxidable una vez limpios e higienizados apenas necesitan mantenimiento, sin embargo, los de barro, madera y hormigón necesitan una higienización especial y constante, ya que corremos el riesgo de que se produzca la proliferación de microorganismos.

Hay que decir que no hay un material que sea 100% impermeable al oxígeno, pero el acero inoxidable es el que tiene un mayor porcentaje.

Los vinos madurados en hormigón no suelen reducirse y maduran tan bien como los vinos en depósitos de acero inoxidable.

La madera y el barro, por otro lado, tienen cierta permeabilidad, lo que facilita la estabilización del color y evitan la reducción en vinos blancos, sobre todo.

A mayor inercia térmica mayor la dificultad para controlar la temperatura en la fermentación alcohólica del vino, y, si es menor, mayor será la dificultad de mantener la temperatura en las fases finales de la maceración de vinos tintos, especialmente en zonas más frías.

En madera y hormigón la inercia térmica es muy alta, pero en barro es muy baja. En acero inoxidable la inercia térmica es baja, pero es más sencilla de controlar, teniendo en cuenta el volumen y grosor de las paredes del depósito.

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Cuente con nuestros depósitos de acero inoxidable en su bodega

En Metalúrgica del Penedés queremos ayudarle a que conozca un poco más los tipos de materiales disponibles para la fermentación del vino y nuestros depósitos de acero inoxidable, de modo que pueda escoger la que más convenga a su bodega.